Caramelos Media Hora
La leyenda viva de lo que eran las golosinas de otros tiempos.
Subsiste como un clásico de terror de los años 50, cuando todavía no se había inventado “El exorcista” pero si la Coca Cola.
Fue así como un genio Asturiano radicado en Buenos Aires, tuvo la idea de imitar su color anegrado y sorprender con el sabor… Una amarga mezcla de hinojo y anís que contiene anetol, el compuesto aromático más polémico de la historia junto con el wasabi japonés.
Su morfología redondeada y extra-dura se sostiene unos 15 minutos en boca antes de ser mordible, bastante más que la mayoría de los caramelos duros. Es probable que haya roto más de un diente pero así como sus detractores sus fanáticos se cuentan de a miles.
Esos fans que prefieren los sabores extremos y auténticos. Aquellos veteranos de guerra que siempre dicen “yo lo siento dulce”. Algunos adultos mayores que amaban las medicinas herbales de la abuela. Consumidores habituales que tienen el objetivo oculto de convidar y que nadie quiera.
Desconcertando al sentido del gusto, probar un media hora puede ser lo más anecdótico de tu día. Y, así como el tango, es parte del patrimonio histórico nacional.
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